El ministro de Salud de Bolivia, Marcelo Navajas, trazó este miércoles un panorama desolador para el país con "muchos fallecidos" en los siguientes meses por el coronavirus, en un informe que brindó ante la Cámara de Diputados, dominada por la oposición.
Bolivia va "a tener muchos fallecidos", dijo Navajas, aunque no estimó cuántos. Además, "si este mes nos va bien, vamos a estar en el orden de los 10.000 infectados y para eso ningún país del mundo, ni los más grandes, han podido responder en su sistema de salud", sostuvo.
Vaticinó también que "el momento que esta pandemia empiece a bajar es cuando el 60% o más de la población esté contaminada" y que "a partir del 80%, 70%, vamos a decir que la hemos ganado" a la pandemia.
Desde que Bolivia registró el 10 de marzo a sus dos primeros infectados, el balance no ha dejado de crecer. Según el último reporte, existen más de 1.800 contagiados y unos 90 fallecidos.
El ministro cree que Bolivia tendrá "más fallecidos si no podemos contar con el personal de salud que necesitamos en los hospitales para atender esta enfermedad".
Carlos Mesa, exmandatario (2003-2005) y candidato presidencial, estimó por separado que "nos da la impresión de que las cosas no van por buen camino" y que "el gobierno está siendo superado" por la situación.
Bolivia está desde el 22 de marzo (y hasta el 10 de mayo) bajo confinamiento total con cierre de fronteras, fuertes limitaciones en la circulación de vehículos e impedimento de salir a las calles.
A partir del lunes 11 de mayo, el gobierno transitorio boliviano se propone diseñar una cuarentena flexible en algunas regiones del país.
Santa Cruz de la Sierra (este) es la región boliviana más azotada por el covid-19, con más de la mitad de los infectados del país. De su lado, La Paz (oeste) y Beni (noreste) son las otras dos más afectadas por el virus.
En medio de la pandemia, la Asamblea Plurinacional de Bolivia, dominada por el partido del expresidente Evo Morales, promulgó el fin de semana una ley que autoriza a las autoridades electorales a convocar a comicios en un plazo no mayor a 90 días (a fines de julio o principios de agosto).
La presidenta interina (derecha) Jeanine Áñez rechazó esa medida "en defensa de la vida y la salud de los bolivianos".